Aquélla, la Bestia

Se siente muy bien. Por lo menos mientras dura ¿No es así? Es esa ilusión a la que uno siempre se aferra, aquélla primera vez, primer atisbo de un futuro brillante. Un atisbo que te llena de esperanza.
Todo es maravilloso. Todo se siente bien. Toda mirada, toda roce y toda canción queda perfecto para explicarlo.
Después es cuando ella llega...
Como una frío balde de agua, justo a la cabeza, justo cuando ya estás en estado R.E.M.
Espera cruelmente a que estés a su merced. Colgado de una nube. Y entonces la evapora, te tira al suelo mas te deja respirar, sólo para que veas en lo que tu mundo se ha convertido.
Un lugar de sombras que ataca por la espalda como un cuchillo frío, oxidado y afilado, y te transmite la enfermedad de la conciencia, de la pregunta, de la desconfianza.
Te regala la realidad.
Te arrebata los sueños.