Puente

Hay una pirámide enorme y oculta

que cuenta las sobras de instantes eternos,

perpetua se encuentra en el celo del cielo,

que incendia su seno detrás de la gruta.

Esconden tres velos la profunda cima,

el vértice que a la cuarta línea emana,

la luz invisible que da simetría,

la génesis de la emperatriz montaña.


Se mezcla entre el horizonte y las dunas,
Se aleja conforme la vida nos ata.
Dejamos por muerta sin voz ni fortuna,
la fuente perenne de nuestras batallas.

Retorna a aquel vuelo con ala nocturna,

emprende con piel tornasol tu revuelta.

Persigue en tu mente el honor de tu tumba,

y vuelve a las puertas de aquella caverna.

Pues es en las pausas en pos de tu infierno

en pleno reposo a tus dos pies postrado,

parado en el pozo de tus pensamientos,

que apagan las velas la sombra del miedo.

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