Llanto.
La presión, casi me degolla, me rebana por el cuello, m rompe a la mitad, la presión, maldita caprichosa, cegadora de inspiración, aflojadora del llanto a moco suelto.
Pero que mejor manera de destruir la presión interna, que abriendo esas pequeñas válvulas de agua salada que a nadie le hubiese gustado probar.
La pluma y el lápiz, dibujando las lágrimas en mi cara.
El viento, resoplándolas en contra de mis mejillas.
Las ondas de música sesentera, obligándolas a salir.
La risa se apodera después, siempre a carcajadas, estás limpio, listo para recibir nuevas emociones nuevo cansancio, nuevas traiciones, y felicidades.
Benditas lágrimas de agua bendita, bendito llanto caprichoso, como lo adoro.
E Inspiración, traviesa, llegó de repente.
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