Cómo hacer un ensayo
La Educación
La primera vez que escuché
que tenía que escribir sobre el tema ahí arriba me quedé perplejo, no sabía por
dónde empezar, al fin y al cabo, la educación siempre ha sido un ideal no
completado (con esto no quiero decir que no se ha logrado, ha habido muy buenos
acercamientos a la utopía inicial de los primeros educadores).
Tenía que encontrar una
manera de empezar. No la encontré hasta hoy, que estuve pensando el tema, sigue
leyendo por favor, que esto se pone bueno.
Tomemos la historia mexicana,
en el principio sólo a los nobles se les enseñaba a ser guerreros y a ser
sacerdotes, los demás estaban destinados a ser cargadores, comerciantes bajos,
o simplemente campesinos, las mujeres ni se diga. En el siglo XVI, a la llegada
de los españoles, ni siquiera los más ricos y los más poderosos indígenas se
salvaron, los únicos que recibirían educación a partir de ese momento serían
los criollos y los españoles. Estamos de acuerdo en que la educación en esta
parte de nuestra historia sufría de desigualdad. Una desigualdad, claro,
intencional, y en su modo, funcional.
Después, por supuesto,
tenemos la independencia (En 1516 ¿A verdad? No, fue de 1810 a 1811), y con ella la igualdad para todos (Democracia
que según algunos inocentes perdura hasta nuestros días); pero pasó algo, esta
igualdad no aplicó para muchas cosas, entre ellas, por supuesto, nuestro tema
de hoy, la educación; que en esta parte de nuestra historia sufrió de un
control intencional y funcional, como antes fue. Sólo que en esta vez, no fue
tan aceptado, pues las masas que se controlaban no tenían una base espiritual
tan arraigada como las culturas prehispánicas.
Así fue hasta que nuestro
buen vecino oaxaqueño, de parte de la logia Masónica de York, creó una reforma
sobre la educación en 1857 que evolucionó la misma hasta llegar a un punto en
el que aseguró que la misma fuese pública, laica, gratuita y por supuesto
obligatoria. Verán queridos lectores hasta este entonces para la mayor parte de
las personas el seminario era una de las mejores maneras de aprender. Razón por
la cual muchos líderes revolucionarios eran parte del clero.
Y aquí viene nuestra era,
está en la que vivimos y de la que nos quejamos. Verán, la única diferencia es
que ahora, en vez de ser: reyes/plebe, españoles/indígenas y clero/civiles,
somos burócratas/ clases media, media baja, baja, muy baja, en quiebra, pobre,
vagabundos, indigentes etc.
Y bueno, ¿Qué sacamos de
todo este gran resumen de la educación en México? -Hasta que vamos al grano-.
Pues que la educación es una
subordinada fiel de la sociedad en la que se encuentra, en una sociedad en la
que hay desigualdad, hay desigualdad en la educación; en una sociedad en la que
el poder máximo es el clero, la mejor educación será impartida y controlada por
el mismo; en una sociedad en la que los burócratas son la estirpe máxima, la
mejor educación será para los burócratas, y además toda será controlada por
ellos.
Burócratas, bueno, el
problema con estos queridos personajes es que lo que necesitan para seguir
teniendo el poder es, gente que no tenga poder, esto implica, por supuesto, que
la educación sea impartida exclusivamente a ellos, y como ellos mismos la
controlan, los demás estamos destinados a recibir educación especializada para
convertirnos en gente dedicada a proporcionarles dinero suficiente para que con
lo que les sobre puedan hacer avioncitos de papel, torres de monedas, colección
de billetes del bicentenario y por supuesto comprarse la medallita de aquél
padre calvito dicen padre de nuestra patria edición especial, claro está. -¿Empiezo
a sonar como paranoico?-
Es increíble como al final
el conocimiento es poder, incluso cuando a veces los más poderosos son los
menos conocedores -¡Saludos Enrique!-.
Pero la clave está en que la
educación no es mejor o peor, sin importar privada o pública, sea de Polanco o
de la Miguel Hidalgo, la calidad de lo que aprendes recae en ti, y nadie más
que en ti, no importa si estudias en la peor escuela, con banquitos ya atacados
por termitas y diseño de uniforme sin cambiar desde 1946.
Nadie, absolutamente nadie
más puede aprovechar el potencial que tienes para multiplicar tus conocimientos
y utilizarlos, pero tienes que quererlo.
Tienes que odiar el sistema,
tienes que quejarte y cuestionarte, no puedes darte el lujo de ser un subordinado,
tienes que pensar y observar, tienes que concentrarte y fijarte en la cabeza
que no puedes ser un esclavo del sistema.
Claro que, contrario a lo
que muchos piensan, la manera de vencer al sistema no es salir de el por
completo, ni poner panfletos con mensajes de amor y paz por toda la ciudad, ni
regalar flores a los policías en la calle -¡Saludos a los “sesenteros”!-,
tampoco gritar fuera del palacio de gobernación, y ni se les ocurra asesinar a
un funcionario público porque se los aseguró, alguien peor continuará su labor.
No, no, no y no, la única
manera, infalible, es vencerlo desde adentro, así es, callando a la gente que
piense que no puedes con una materia, entregando tus apuntes completos al
profesor que más te detesta e incluso trayendo el uniforme completo todos los
días a aquel que cree que vistes como alguien que no sabe vestir.
Hay que tener cuidado,
porque hacer todo esto te puede convertir en un esclavo de los métodos, y luego
empezarás a pensar que el verdadero conocimiento lo puedes adquirir
convirtiéndote en un borreguito de los métodos monótonos, cosa que es igual a
memorizar información en vez de entender su significado.
No, hay que hacer todo esto sin dejar de ser
tú mismo, hacer todo esto para que en el momento en el que no estés de acuerdo
con algo, tengas el poder y el respeto para que tu opinión sea tomada en cuenta,
para que tu queja sea oída. -Creo
que ya me emocioné-.
Si tu escuela está sucia,
bárrela en tus horas libres. Si tus maestros son injustos, gánales de una manera
justa. Si tus compañeros te golpean (O te hacen “Bulling”), golpéalos de vuelta
siendo el mejor en tu salón. Al principio todos te verán raro, dirán – ¿Quién
diablos se cree este para barrer? Si a mi así me gusta- Luego los profesores
que esperen lo menos de ti dirán que hiciste trampa y no aceptarán tu trabajo.
Después, claro está, tus
compañeros te golpearán más fuerte -Gracioso ¿no? Bueno, no-.
Pero al final verás que
otros barren contigo, tal vez sólo dos personas, pero son dos que harán cada uno otras dos, y
verás luego que mágicamente hay compañeros compitiendo contigo por la mejor
calificación, enseguida verás que ya todos se golpearán entre sí -¿A verdad?
Caíste de nuevo-, no, todos empezarán a ignorar los golpes y un día ya no los
usarán.
No hay trucos, la educación
en todos lados es una herramienta, una que te puede hundir, pero también la que
te puede llevar más alto.
Francisco Emanuel Villaseñor
González
14 años cursando tercero de
secundaria en Colegio Salesiano Santa Julia (Sep. Primero de Mayo)
México D.F. a 2 de Febrero del
2012
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