Brillan

Realmente no importa. Hace mucho ya que dejó de hacerlo, los espacios en blanco, las figuras cuadradas, ese frío rectangular, iluminando la espera. 
Ya no importa. Ya no importan aquellas cartas de viejas palomas, llegando tarde, llegando apenas, aterrizando en el alfeizar de mis ojos, como plumas de hierro, como puntas afiladas en descenso, en anochecer obscuro...
Cómo podría importar? Dímelo, y si tienes razón, puedo aceptarlo. Pero por ahora, creo que es irrelevante, toda la tierra y sangre, el fuego y el barro, no lo registran mis oídos, no lo siento en la lengua, si no es en medio de la noche. En medio del ayuno matutino de ausencia, de colores ámbar en un gris acaramelado, melancólico.
No, no importa. Al final sólo son mis ojos. Sé que sólo son mis pupilas. Entiendo bien que en aquellos agujeros negros se pierden, y en esta noche perlada, se que es también en viceversa. Nada ya puede parecer de verdad, o de mentira...
Porque sus ojos brillan cuando me mira.

Comentarios

Entradas populares